Hoy vamos a hablar de un aspecto de la vida del Ser Humano que pocas veces nos hemos parado a pensar en sus consecuencias, por ser algo que hacemos todos los días , y muchas veces lo hacemos automáticamente. Hablo de las PALABRAS. Sí, esas palabras que pronunciamos continuamente para comunicarnos con los demás Seres Humanos.
Pensamos que todas las palabras que existen en un Idioma o en un Diccionario con correctas para utilizarlas, y excepto aquellas que son ilegales y/o inmorales (como insultar, amenazar, etc) y por las cuales nos pueden penalizar las autoridades Jurídicas, las demás pensamos , repito, que podemos hablarlas sin consecuencias ni para nosotros mismos ni para los demás.
Pues bien, vamos a ir demostrando que muchas palabras, sin ser ilegales ni inmorales, sí son una flecha envenenada , tanto para el que las pronuncia como para el que las escucha.
Cuando hablamos del alimento que deben recibir nuestros Cuerpos Físicos, Mentales y Emocionales, decíamos que también nos alimentamos de las informaciones que vienen del exterior, y si esta información es de índole negativa, estamos comiendo toxinas mentales. Y esa información puede venir del exterior (palabras e imágenes que escuchamos y vemos) , como de las propias palabras e imágenes que nosotros mismos generamos y que nos retroalimentan.
Hablamos del PODER DEL VERBO. Recordemos que la Biblia empieza diciendo: «Y DIOS dijo: Hágase la Luz!! Y la Luz se hizo». Bastó que el Ser Supremo ordenara con sus palabras que algo se hiciera, y ese algo se hizo. E ahí el poder creador del Verbo, de la Palabra, del Lenguaje, de la Intención, del Deseo.
Pues si es cierto que «estamos hechos a imagen y semejanza de DIOS», de ahí podemos deducir que también nosotros tenemos el poder creador en las palabras que pronunciamos.
Entonces, se trata de utilizar Palabras y Expresiones que generen «Bien, Verdad y Belleza», o sea, que se materialicen en resultados positivos., tanto para nosotros mismos como para los demás, y para la Vida en general.
Recordemos aquel adagio que dice:
«Cuida tus pensamientos, porque estos cuidarán de tus palabras.
Cuida tus palabras, porque estas cuidarán de tus actos.
Cuida tus actos , porque estos cuidarán de tus costumbres.
Cuida tus costumbres, porque estas cuidarán de tu carácter.
Y cuida tu carácter porque este cuidará de tu destino»
En próximos artículos seguiremos hablando sobre toda la teoría y práctica del Poder del Lenguaje Correcto y Positivo.