«Más grande que la conquista en batalla de 1000 veces 1000 hombres, es la conquista de uno mismo».
El dominio de la mente es la clave de una vida plena y consciente. Sin embargo, no es algo sencillo de conseguir. Por la mente entran y salen miles, millones de ideas y pensamientos, la mayoría de los cuales no tienen ninguna utilidad práctica. Y eso sin contar con la avalancha de mensajes publicitarios –o ideológicos- que buscan condicionar su respuesta para que no realice la función que le es propia: pensar.
Antes de dirigir nuestros esfuerzos a batallas externas, deberíamos preguntarnos a qué nivel de autocontrol hemos llegado. ¿Somos siervos o amos de nuestra mente? ¿quién domina a quién?.
Casi todas las formas de meditación son adecuadas para «lubricar» nuestro órgano más valioso. La meditación nos enseña a aquietar la máquina, descargarla de información inútil, dirigirla hacia tareas elevadas. Una mente en calma es brillante, creativa. Como decía Spinoza: » La mente humana es parte del intelecto infinito de Dios»
MEDITACION BASICA
- Siéntate sobre un cojín firme con las piernas cruzadas y la espalda recta.
- Concentra tu atención en las fosas nasales percibiendo como el aire entra y sale lentamente por ellas.
- Cada vez que surja una idea o recuerdo qué entorpezca tu atención etiquétalo como » pensamiento» y déjalo pasar como si fuera una nube.
Al principio será suficiente con meditaciones de 12 a 15 minutos una o dos veces al día. Con la práctica lograrás aumentar tu control sobre la mente, que debe ser como un lienzo en blanco para experimentar ese sentimiento de pertenencia a la totalidad.
(Este texto es el capitulo 22 del libro «99 maneras de ser feliz…, y 99 recetas budistas para vivir con plenitud»), de GLOBUS COMUNICACION.