«Temer al amor es temer a la vida y, tristemente, aquellos que temen a la vida ya están medio muertos o muertos del todo» ( Bertrand Russell)
La atención plena consiste en ser consciente de cada instante que se vive. Es una forma de meditación desarrollada originalmente en las tradiciones budistas de Asia. Sirve para desarrollar nuestra capacidad de relajarnos profundamente, prestar atención, adquirir conciencia y tener una visión mucho más profunda de lo que sucede, tanto a nuestro alrededor como dentro de nosotros mismos.
Gran parte del estrés y la ansiedad que experimentamos proviene de un sentimiento de amenaza inconsciente: tememos perder nuestra posición, perder el control sobre nuestras relaciones de pareja, sobre nuestra economía, sobre nuestra vida… Y pretender tenerlo todo bajo control es precisamente lo que dispara nuestras inseguridades. Todos tenemos la capacidad de desarrollar la atención plena. Todo lo que necesitamos es cultivar nuestra capacidad de prestar atención a cada momento presente, es decir, hacernos conscientes de lo que pensamos, sentimos , vemos, escuchamos, olemos, saboreamos… en cada instante. Es también la forma de disfrutarlo más.
LA CLAVE:
-Vivir aquí y ahora: si quieres sacarle más jugo a tu vida, prueba durante unos días, o mejor unas semanas, a desarrollar la atención plena a cada momento. Apaga el piloto automático y opta por la elección consciente de tu experiencia.
-Experimenta cada momento con plena deliberación: si caminas, observa el camino. Si comes, deléitate con los sabores. Si escuchas música, detén los pensamientos y ve la melodía. Si lloras, observa tu emoción.
-Se constante: no te desanimes si al principio tu mente viaja del pasado ( lo que hice) al futuro (lo que tengo que hacer). La atención plena requiere paciencia, y se logra más fácilmente cuanto más se practica.
-Apasiónate: cada momento es un nuevo comienzo, una nueva oportunidad de empezar, de renacer, de transformarte
-Toma las riendas de tu vida: la vida de la consciencia te aportará más seguridad en ti mismo, y te ayudará a confiar más en tu propia experiencia individual.
-Detén el «hacer» y vive en el «ser»: acepta el vacío fértil. No trates de llenar todo tu tiempo con tareas y obligaciones. La inactividad puede resultarte muy provechosa para conocerte mejor.
(Este texto es el capítulo 58 del libro «99 MANERAS DE LOGRAR UNA VIDA PLENA» de la Editorial GLOBUS)