«Mientras existan mataderos, habrá campos de batalla» (León Tolstoi)
La mayoría de la gente cree que una persona vegetariana es la que se alimenta solo de ensaladas y verduras . Y que su decisión responde a una moda o a un capricho sin fundamento. Esto demuestra que hay un enorme desconocimiento y falta de conciencia al respecto.
La palabra vegetariano procede de la latina vegetus, adjetivo que significa vigoroso, sano, despierto, pleno de vida y actividad. La definición más acertada dice que el vegetarianismo es una » filosofía de vida basada en proporcionar salud y vigor al cuerpo y al espíritu, para un goce óptimo de la vida». Por supuesto, se basa la ingesta de alimentos que no provienen de cadáveres de animales.
LA CLAVE
Una dieta para la paz:
A lo largo de la historia, muchas personas ilustres han adoptado un régimen de vida más natural y vegetariano; es el caso de Pitágoras, Sócrates, Platón, Aristóteles, Leonardo da Vinci , Newton, Séneca, Voltaire, Mark Twain, Tolstoi , Einstein, Krishnamurti o Gandhi… ¿ qué coincidencia, verdad, tantos filósofos y pensadores? No parece insensato pensar que ser vegetarianos les ayudara en su búsqueda interior y les aportará paz al cuerpo y la mente.
Decía Albert Einstein que » Nada beneficiaría más a la salud humana que la evolución hacia una dieta vegetariana» No sólo por los beneficios físicos y psicológicos que ésta reporta a nivel individual, sino porque contribuiría en gran parte al rechazo de la violencia a nivel social en la vida cotidiana.
La denominada dieta incruenta es aquella que rechaza matar animales para comerlos. Su máxima es evitar la crueldad contra otros seres vivos. Defiende el respeto a la vida, en todas sus manifestaciones, así como a las condiciones de vida dignas de todos los animales.
La no agresión en la alimentación opta por la recolección o cosecha de los alimentos de origen vegetal , qué bien elegidos son capaces de satisfacer todas nuestras necesidades nutricionales.
Productos como la leche (ordeñar), la miel (recolectar), o los huevos ( recoger) se consideran «alimentación incruenta», pues pese a su origen animal, su producción no supone un acto cruel.
Podríamos decir que con la dieta vegetariana » no llega la sangre al río», frase popular que nos recuerda épocas pasadas, cuando se construían los mataderos cerca de los ríos o acequias, a los que literalmente llegaba la sangre de los animales sacrificados.
Para más información sobre las diferentes dietas que pueden englobarse bajo el epígrafe de » vegetarianismo» , consulta estas webs:
www.vegetarianismo.net
www.mundovegetariano.com
(Este artículo es el capítulo 74 del libro «99 Maneras de lograr una vida plena» de la Editorial GLOBUS)